Reír es correr el riesgo de parecer tonto.
Llorar es correr el riesgo de parecer sentimental.
Acercarse a otro es correr el riesgo de involucrarse.
Demostrar sus sentimientos es correr el riesgo de demostrar su verdadero yo.
Poner sus ideas, sus sueños, delante de la gente es correr el riesgo de perderlos.
Amar es correr el riesgo de no ser amado.
Vivir es correr el riesgo de morir.
Esperar es correr el riesgo de desesperar.
Tratar es correr el riesgo de fracasar.
Corra el riesgo. Trepe y súbase a la rama donde está el fruto. Muchas personas están todavía abrazadas del tronco del árbol, preguntándose por qué no reciben el fruto de la vida.
Muchos líderes potenciales nunca lo logran porque se quedan atrás y dejan que otro corra el riesgo.
Muchos receptores potenciales nunca recibieron nada porque no dieron un paso fuera de la multitud y lo pidieron. Santiago nos dice: «No tenemos porque no pedimos».
En realidad no pedimos porque tememos el rechazo. Por eso no corremos el riesgo. Pero hoy es un día para correr riesgos.
Después de estas cosas vino la palabra del Señor a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Gen 15:1
Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Gen 46:3
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Jos 1:9
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OCHO DOLARES
Una columna de fuego naranja y nubarrones de humo negro subían hacia el cielo vespertino de Austin, Texas, mientras los bomberos se apersonaban a un edificio de apartamentos de dos pisos en llamas.
Mientras los carros-bomba con sus sirenas a todo volumen se detenían, gente en piyamas, ropa interior y aún arropados con sobrecamas corrían desde el edificio.
Un joven bombero observó horrorizado como una joven embarazada gritaba desde una ventana del segundo piso. Entonces, atendiendo al grito urgente, en castellano, de un joven que ya estaba abajo, ella saltó aterrizando con un golpe seco. Los bomberos se apresuraron a conectar sus
mangueras y a avanzar en medio del infernal calor, pero la experiencia les decía que era demasiado tarde para salvar el edificio o a alguien atrapado todavía en su interior.
Se trataba de un fuego explosivo, probablemente iniciado por kerosene o alguna otra sustancia inflamable.
En tierra, un hombre y una mujer llegaron tropezándose como antorchas caminantes. Los paramédicos corrieron a cubrirlos con sábanas, apagando las llamas, intentando consolarlos y gentilmente ayudándoles a abordar las ambulancias. “¡No, no quiero ir!” gritó la mujer, su rostro carbonizado y cubierto de lágrimas. “¡Mi bebé está allí todavía! Tengo que sacarla”.
Pero para entonces, su apartamento semejaba el interior de un horno. Con tristeza, un joven médico movió la cabeza y con firmeza encaminó a la mujer hacia la ambulancia. No fue sino hasta casi en la mañana que hallaron los restos de la niñita de quince meses en las ruinas humeantes.
Pero antes de hallar el cuerpo de la bebé, las autoridades habían descubierto la horrible verdad sobre la causa del siniestro. Un hombre, molesto porque alguien no le había pagado ocho dólares, había disparado un revolver de bengalas hacia el edificio a través de una ventana, incendiando algún material inflamable.
Un edificio completo se quemó hasta sus cimientos, 48 personas quedaron sin hogar, siete personas fueron hospitalizadas y una bebé murió… tan sólo por una discusión sobre ocho dólares.
De “¿Tu Punto es…?” por Graham Twelftree (Monarch)
Fuente: Ministries Today Update, agosto 2005
Cosas pequeñas pueden construir o pueden destruir. Detalles, solo detalles sin tratar pueden iniciar un gran incendio. Muchos han destruido sus hogares solo por cosas pequeñas. Heridas sin perdonar , momentos sin sanar, instantes sin reconocer y amarguras sin drenar. No dejes que este día sea empañado por cosas que se pueden solucionar, por "ocho dólares" puedes perder tu vida, tu familia, tu trabajo o tus hijos.
A tal grado provocaste su enojo en Horeb, que estuvo a punto de destruirte. Deut 9:8
Porque el enojo mata al insensato,y la ira da muerte al necio. Job 4:9
¿Por qué desatas tu enojo contra Diosy das rienda suelta a tu lengua? Job 15:13
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DORMIDA POR 20 AÑOS
Tras 20 años de permanecer en estado de coma, la estadounidense Sarah Scantlin despertó de forma repentina y hablando, según informó la cadena norteamericana de noticias CBS.
Scantlin tenía 18 años cuando fue atropellada por un conductor ebrio, quedando en estado vegetal. Desde ese momento, permaneció en un centro de cuidados del estado de Kansas.
La semana pasada sus padres recibieron un llamado telefónico en el cual era la propia Sarah, ahora de 38 años, quien les comunicaba acerca de su estado de salud. Los doctores señalan que ha mejorado desde que despertó y aún no se explican su repentina mejoría.
Milagros siempre suceden. Dios es Dios de milagros. Son grandes los hechos de Dios. Nunca pierdas la fe, porque aún cuando las circunstancias digan que no, Dios puede decir que sí. Si vivimos una vida sin poder creer en el Dios de milagros, viviremos una vida sin esperanza y muy vacía de cosas grandes.
La ciencia médica aún se pregunta hoy alrededor del mundo como es posibles que en cada ciudad o país, suceden milagros, que ellos no puden entender, pero gracias a Dios, muchos médicos hoy están reconociendo que por encima de la ciencia existe un Dios grande y poderoso. Necesitan hoy y¿un milagro? Mira al cielo y clama a Dios y cree que no hay nada imposible para él.
¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros El Señor vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? Deut 4:34
De las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que El Señor tu Dios te sacó; así hará tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. Deut 7:19
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. Dan 4:2